Introducción a los Credos Universales
Un Credo expresa la confesión pública de lo que la iglesia en sí cree según las Escrituras. Un Credo Católico [1] o Universal expresa la confesión pública de ciertos puntos de la Fe Cristiana y que las iglesias en general e históricamente creen según las Escrituras.
En el artículo 9 de nuestra Confesión de Fe Belga, leemos que “con respecto a este punto [sobre la doctrina de la Santísima Trinidad], aceptamos gustosamente los tres sumarios de fe, a saber, el de los Apóstoles, el de Nicea y el de Atanasio; así como también lo que fue resuelto por los antiguos en conformidad con estos sumarios.”
De este modo las iglesias Reformadas han profesado la unión confesional a las doctrinas Escriturales expresadas en los Credos Universales, mostrando con ello ser “columna y baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3:15).
Prólogo al Credo de Atanasio
Aunque lleva el nombre de Atanasio, [2] no conocemos en realidad los orígenes exactos de este Credo. El Credo en sí tiene el propósito de establecer y defender la doctrina católica y ortodoxa de la Iglesia del Señor sobre la divinidad de Cristo y la Trinidad de Dios. De ese modo y en su primera parte, el Credo explica la doctrina de la Trinidad rechazando con ello las herejías manifiestas desde aquellos siglos tales como el sabelianismo, el triteismo y el subordinacionismo. En su segunda parte el Credo explica la doctrina ortodoxa de la Persona de Cristo rechazando con ello las herejías tales como el nestorianismo, eutiquianismo y monofistismo.
En sus artículos el Credo utiliza terminología Agustina de la obra La Trinidad de Agustín de Hipona (354-430), publicada en el año 415 la cual era más precisa que la ofrecida en los Concilios anteriores al Credo de Atanasio.
Así y por consiguiente, es el deber de todo cristiano consagrado a Dios el meditar en el fundamento de nuestro fe cristiana, proclamando con ello la belleza de nuestro gran Dios y de la comunión que goza cada miembro de la Trinidad, a la cual Dios nos hace participe por Su gracia, en la Persona y obra de nuestro Señor Jesucristo.
Como bien diría Agustín;
“Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti.” (Conf. 1,1,1).
Y en las palabras de Herman Bavinck;
“Nuestras mentes permanecen insatisfechas hasta que todos nuestros pensamientos son devueltos a la Trinidad, y hasta que la confesión de la Trinidad de Dios funcione en el centro de nuestro pensamiento y vida.” [3]
Y en su comentario del Formulario de la Administración del Bautismo, Bastiaan Wielenga dice;
“Este es un distintivo Reformado […] de hecho es el curso normal de los pensamientos y de las oraciones de la persona Reformada, el ir a la Trinidad por medio de Cristo.” [4]
Por lo tanto, esta es la vida eterna; conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo —mediador del pacto de gracia (Juan 17:3). Esta es la vida eterna propiamente dicha; conocer distintivamente a cada uno de los miembros de la Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo (2 Corintios 13:14).
[1] Catolicidad no es lo mismo que catolicismo. La Iglesia de Cristo es católica y rechaza el catolicismo por ser este último un sistema de pensamiento anti-Escritural. Por lo tanto bien podemos decir que la Iglesia verdadera de Cristo es católica y Escrituralista. [2] Atanasio (circa 296-373) quien fue considerado el campeón de la defensa de la ortodoxia trinitaria frente a la herejía arriana en el Concilio de Nicea, fue obispo de Alejandría (actual Egipto) durante 45 años de los cuales 17 los pasó en el exilio. [3] Herman Bavinck, Reformed Dogmatics (Abridged in One Volume) página 244. [4] B. Wielenga, The Reformed Baptism Form, (Reformed Free Publishing Association) página 58.
El Credo de Atanacio
- Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe Universal.
- El que no guardare ésta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente.
- Y la Fe Universal es ésta: Que adoramos a un solo Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad,
- Sin confundir las Personas, ni dividir la Sustancia.
- Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo;
- Más la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda una, igual la Gloria, coeterna la Majestad.
- Así como es el Padre, así el Hijo, así el Espíritu Santo.
- Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
- Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo, incomprensible el Espíritu Santo.
- Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
- Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno;
- Como también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y un solo incomprensible.
- Asimismo, el Padre es Todopoderoso, el Hijo es Todopoderoso, el Espíritu Santo es Todopoderoso.
- Y sin embargo, no son tres todopoderosos, sino un solo Todopoderoso.
- Así mismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
- Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
- Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo.
- Y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
- Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor,
- Así la religión Cristiana nos prohíbe decir que hay tres Dioses o tres Señores.
- El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado.
- El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
- El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.
- Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
- Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor;
- Sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y coiguales.
- De manera que en todo, como queda dicho, se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad.
- Por tanto, el que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad.
- Además, es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
- Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre;
- Dios, de la Sustancia del Padre, engrendado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de su Madre, nacido en el mundo;
- Perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de alma racional y de carne Humana;
- Igual al Padre, según su Divinidad; inferior al Padre, según su Humanidad.
- Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no es dos, sino un solo Cristo;
- Uno, no por conversión de la Divinidad en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios;
- Uno totalmente, no por confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona.
- Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo;
- El que padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos.
- Subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre, Dios Todopoderoso,
- De donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
- A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos
- Y darán cuenta de sus propias obras.
- Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que hubieren obrado mal, al fuego eterno.
- Esta es la Fe Universal, y quien no lo crea fielmente no puede salvarse. AMEN